Cuando estás detrás de un trabajo de diseño o de un documento formal que quieres que ofrezca la máxima calidad, saber cuál es la resolución recomendada para impresiones es fundamental. Pero antes de conocer cuál es la resolución más recomendada para impresiones hay que repasar un concepto básico relacionado con este asunto.
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La principal medida que se utiliza para resoluciones de impresión se la conoce por las siglas ppp en español o DPI en inglés.
Ppp son las siglas de puntos por pulgada y hace referencia al número de puntos individuales de tinta que una impresora o tóner es capaz de producir en un espacio lineal de una pulgada. La resolución no debería ser inferior a una cierta cantidad para asegurar la máxima calidad de impresión.
La resolución adecuada variará en función de la impresión en si misma. Si esta está pensada para ser vista de cerca, deberá tener una resolución más alta. En cambio, si está pensada para ser vista de lejos, la resolución podrá ser más baja, ya que el ojo humano no percibirá la falta de definición.
Por lo general, una buena resolución para imprimir tendría que estar en torno a los 300 ppp (puntos por pulgada). De todas formas, 240 ppp también se considera una resolución más que aceptable para imprimir. De esta manera, 300 ppp es una resolución más que aceptable para una fotografía con un formato estándar de 15x20cm.
No obstante, como hemos dicho antes, una resolución tan alta no es necesaria cuando el objeto se visualiza a una distancia de dos metros. En este caso, con una resolución de 38 ppp ya bastaría. En algunos casos se puede alterar la resolución, aunque no es lo más recomendable. Te explicamos por qué.
Los programas de edición fotográfica como Adobe Photoshop permiten cambiar la resolución. Es lo que se conoce como el remuestreo. Según explica Adobe, es la alteración de la cantidad de datos de una imagen al cambiar las dimensiones en píxeles o la resolución de la imagen.
Pero esto no significa que la calidad sea mejor. Cuando se aumenta la resolución con un remuestreo, el programa rellena la imagen con más píxeles por pulgada de los que tiene. Esto se verá reflejado en el papel.
Otra cosa es aumentar la resolución sin remuestrearla. En este caso lo que se consigue es disminuir el tamaño en centímetros de la imagen, pero no se aumenta la resolución de la misma. Muchas veces la resolución que escogemos está condicionada por la capacidad de la impresora.
En las siguientes líneas te mostramos la resolución que tendrías que escoger para una impresora que soporte una resolución u otra:
Si haces caso a estos consejos, asegurarás un resultado excelente en la impresión de tus trabajos de diseño. Otro consejo que hay que tener en cuenta a la hora de trabajar un documento es que no siempre es conveniente utilizar resoluciones muy altas.
Si bien es cierto que nunca está de más contar con una imagen con una alta definición, hay que decir al respecto que en ocasiones esto puede ralentizar el trabajo y hacer perder un tiempo que se podría haber ganado con una resolución más baja. Por este motivo, es muy importante saber muy bien la resolución que realmente necesita tu trabajo para poder optimizar los recursos.
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