Actualmente, buscas un restaurante en Google y enseguida la IA te muestra tres sugerencias con reseñas, horarios y menú, puedes reservar sin hacer clic en ningún otro sitio. Esta es la era “cero-clic”.
Esto está causando un gran revuelo en el marketing digital.
Pero si la gente ya no hace clic, todo se derrumba: el SEO, el SEA, los anuncios en Meta y todo aquello en lo que las marcas han invertido durante los últimos años. El director de CloudFlare ya ha dado la voz de alarma: el tráfico de referencia, tanto orgánico como de pago, está cayendo en picado.
Pero hay un truco en esta historia: mientras lo digital se hunde, la impresión puede volver por la puerta grande.
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Cuando la IA mata el clic
ChatGPT, Perplexity, Google AI Overview… Estas herramientas responden directamente a tus preguntas sin enviarte a ninguna otra página. Y lo que pasa es que incluso las páginas bien posicionadas en buscadores ya no reciben visitas.
Y en el e-commerce, todavía es más complicado. Porque si estás buscando un regalo de boda ChatGPT te da tres ideas con enlaces. Perplexity pronto te permitirá pagar directamente desde la app con PayPal. Y Google muestra sus propias recomendaciones por encima de los anuncios de pago.
Es decir, puedes gastar una fortuna en publicidad, pero tu visibilidad igual va a caer en picado. Porque ahora es el algoritmo de la IA el que decide qué páginas mostrar, y nadie sabe realmente cómo lo hace.
En LinkedIn ya hay “expertos” que venden técnicas para posicionarte en ChatGPT. Pero seamos sinceros: todavía no tenemos suficiente perspectiva.
El mundo digital se satura y los cerebros también
Con la IA generativa, todo el mundo produce contenido en masa. Mismo mensaje, mismos canales, mismo tono. El resultado: un ruido de fondo insoportable.
La gente pasa de largo, hace scroll, ignora. La fatiga publicitaria es real. Y mientras tanto, los costes de las campañas digitales se disparan y los resultados caen. El ROI se vuelve ridículo.
Estamos llegando a un punto de ruptura: lo digital por sí solo ya no basta. Hay que diversificar, salir de la pantalla, volver a lo tangible.
La impresión: el arma de diferenciación más inesperada
En medio de tanto ruido digital, un flyer bien diseñado, una tarjeta incluida en un paquete o un catálogo cuidado se convierten casi en algo revolucionario.
¿Por qué? Porque destacan, puedes tocarlos, no se puede hacer scroll y se quedan: en el escritorio, en la mesa del salón, en el bolso.
Los soportes físicos crean una experiencia sensorial que el mundo digital no puede reproducir. Permanecen en la memoria de otra manera. Y, sobre todo, llegan a un espacio vacío: son pocos los que imprimen, así que quienes vuelven a hacerlo tienen el terreno libre.
¿Un ejemplo? Las marcas de e-commerce que incluyen una tarjeta de agradecimiento personalizada dentro de sus envíos. Cuesta muy poco, pero genera un vínculo emocional inmediato. El cliente se siente valorado, guarda la tarjeta y habla de tu marca.
El e-commerce redescubre el papel
Los pure players suelen tener una cultura 100% digital. Se basan en: SEO, publicidad online, redes sociales… Pero se están perdiendo algo enorme: sus clientes casi no reciben nada físico.
Por eso, cuando reciben un paquete real con algo dentro —una tarjeta, un detalle, un flyer promocional—, les impacta. Porque es raro. Porque gusta.
Y lo mejor es que la impresión se integra fácilmente con el mundo digital: un código QR en un flyer, y listo: el cliente vuelve a tu web o a tus redes. No hay que elegir entre uno y otro: se complementan.
Estos gestos físicos refuerzan la fidelización, aumentan que el cliente vuelva a comprar y fomentan el boca a boca. Le dan presencia y consistencia a una marca que, hasta entonces, solo existía a través de una pantalla.
El regreso de las técnicas que sí funcionan
El marketing directo, la inserción en paquetes, las campañas de flyers, el buzoneo… todas estas técnicas han demostrado su eficacia durante décadas. De hecho, el comercio por catálogo se construyó sobre ellas.
Estas estrategias nunca han dejado de funcionar; simplemente se han dejado de utilizar porque lo digital parece más fácil, rápido y medible.
Pero ahora, con el declive del modelo digital tradicional, estos canales “old school” vuelven a ser tremendamente relevantes. Permiten construir una marca sólida, anunciar promociones o dar a conocer productos sin depender de un algoritmo opaco.
¿La diferencia con el pasado? Hoy la impresión puede ser ultrapersonalizada, automatizada e integrarse perfectamente con tus herramientas de CRM y marketing automation. Es el correo directo 2.0.
Impresión + digital = la mejor estrategia
El futuro del marketing no es elegir entre uno u otro. Es combinar ambos.
Lo digital aporta rapidez, seguimiento y retargeting. La impresión aporta memoria, emoción y diferenciación.
Las marcas que realmente van a destacar son las que saben combinar los canales con inteligencia, no las que solo utilicen lo digital.
Un ejemplo de combinación ganadora:
- Una campaña de buzoneo para llegar a un barrio específico.
- Un código QR que lleva a una landing page personalizada.
- Retargeting digital para quienes escanearon el código.
- Un detalle físico o regalo promocional para los mejores clientes.
Cada canal refuerza al otro. Eso es, en esencia, una verdadera estrategia omnicanal.
Lo que debes recordar
La IA generativa está acabando con el modelo clásico de adquisición digital. El fenómeno del “cero clic” lo está cambiando todo.
Pero esta crisis abre una oportunidad enorme para la impresión:
✓ Menos competencia en este canal
✓ Mayor impacto en la memoria
✓ Experiencia sensorial única
✓ Complemento perfecto del mundo digital
✓ Un ROI que vuelve a ser atractivo
Pero en un mundo donde todo el mundo usa las mismas herramientas de IA para decir lo mismo, la verdadera diferencia está en lo que se puede tocar.