Hoy queremos hablar de la importancia que tiene la prueba de color. Muchas veces vamos a la imprenta convencidos que el resultado final será el mismo del que nos aparece en pantalla. La sorpresa, resulta cuando lo que vemos materializado en el papel no es como nos imaginábamos.
Como sucede en muchos casos, es recomendable aplicar y/o tener un método de trabajo que te ayudará a minimizar el porcentaje de la desilusión que supone una impresión inesperada.
A la hora de desarrollar cualquier folleto, catálogo o flyer hay una serie de pasos. Entre ellos hay uno que debería ser obligatorio en todos los proyectos: se trata de la prueba de color, para entendernos, el último filtro de control de calidad. Dicha prueba es un documento que pretende reflejar al máximo posible, los colores de la pieza antes de imprimir.
Ten en cuenta que una prueba de color no sólo te sirve para validar si el color es correcto o no, sino que también puedes controlar el tamaño y cuerpo de las letras, sangres, alineaciones, fotos, etc. para que todo se encuentre exactamente donde le corresponde. Si así lo consideras, antes de imprimir puedes enseñarlo al cliente para que, él mismo, de la aprobación. Esta simple acción te puede ahorrar más de un problema.
Por último, es importante resaltar que una prueba de color pretende simular la condición de impresión final que, en la mayoría de los casos, pretende ser una copia de color exacta de la impresión final.
¡No te lo pienses y haz, siempre, pruebas de color!